CAMINO DE LA VERACRUZ EN BICICLETA
PUENTE LA REINA – CARAVACA
En el año 2011 supe que se estaba gestando
un gran proyecto; se trataba de unir la ciudad de Puente la Reina -importante
enclave del Camino de Santiago- con Caravaca.
Lázaro Giménez (www.natursport.com) , que un año
antes pidió mi colaboración en el repintado del trazado del Camino del
Altiplano, en este caso también se acordó de mí.
Inicialmente, por qué no decirlo, el
proyecto me pareció bastante descabellado, y de una gran envergadura: más de
800 kilómetros, cinco comunidades autónomas y la unión de más de 60 municipios.
Un trabajo arduo y difícil de llevar a cabo.
Durante el mes de junio del año 2011,
estuve señalizando parte de este recorrido, concretamente desde Villatoya hasta
Jumilla; fue un trabajo duro, pero a la vez reconfortante. Eran los meses de
recogida de las cosechas, caminos agradables y refrescantes en algunos tramos,
pero en otros, duros y polvorientos, en los que divisar un pueblo en la lejanía
suponía un alivio.
Durante los días que estuve señalizando, ya
empecé a gestar la idea de realizarlo en bicicleta. Tengo que decir que desde
hace un tiempo suelo realizar uno o dos recorridos de grandes distancias al año
y soy consciente de que los mismos solamente se pueden llevar a cabo si se
tiene la preparación física adecuada.
En el mes de febrero, le dije a Lázaro
Giménez que me remitiera toda la información disponible; la idea inicial era realizarlo
junto con un amigo a principios de mayo. El proyecto se fue atrasando por una
lesión de mi compañero, hasta que a principios de junio me dijo que no podía
acompañarme. Así que opté por realizarlo solo con las ventajas e inconvenientes
que supone. Ventajas porque el ir solo conlleva una gran libertad de
movimientos, se puede planificar cada etapa de acuerdo con el estado físico del
momento, no hay que depender del compañero ni el compañero depende de ti. Pero
los inconvenientes también son importantes, soledad, averías mecánicas,
accidentes, etc., en los que el ir solo supone un gran riesgo.
Así, llegó el momento de tomar el autobús,
primero de Yecla a Valencia y posteriormente de Valencia a Pamplona.
El día 7 de junio, a las 5,30 de la mañana
estaba ya pedaleando hacia Puente la Reina.
Este primer tramo desde Pamplona
hasta Puente la Reina sigue el trazado del Camino de Santiago; recuerdo
perfectamente la alegría que me dio el ver la primera señal que indicaba el
recorrido del Camino de la Veracruz, alegría pero también algo de incertidumbre por lo
que me depararían las etapas de los siguientes días.
Aquel primer día dormí en Tudela, después de
recorrer casi 140 kilómetros y estar pedaleando durante más de 13 horas.
Los siguientes días fueron cada uno de ellos
una sorpresa; el desconocer el trazado y
no saber lo que encontraría en los siguientes kilómetros era parte de la aventura diaria, pero también suponía satisfacción, satisfacción al superar los obstáculos que iba encontrando.
Poco a poco fueron pasando los kilómetros y
los días. Recorrí caminos, parajes, pueblos y ciudades que en muchos casos me
sorprendieron, tanto por su belleza como por su dureza.
En estos días, mi amigo inseparable fue el
G.P.S., este pequeño aparato fue el compañero que me indicaba en todo momento el
camino a recorrer. Hay que indicar que la señalización del trazado es bastante
correcta, pero falta reforzarla en determinados tramos; es un camino nuevo, falta su consolidación, y esa consolidación
solamente se puede realizar con el compromiso de mantenimiento por parte de todos los
municipios por donde transcurre.
Así, el día 15 de junio, a las 11,30 y
después de algo más de ocho días, estaba en el Santuario de la Veracruz. Para
mi supuso una gran alegría y satisfacción personal terminar este recorrido.
Ha sido una experiencia dura pero a la vez
muy gratificante, y desearía que en el futuro fuera un gran camino a recorrer
tanto por peregrinos como por personas que buscan retos deportivos y formas de
conocimiento cultural y personal.
Espero que las personas, autoridades y
estamentos competentes intenten que este gran proyecto no quede en el olvido,
ya que el mismo puede suponer para los
municipios por donde transcurre, para Caravaca y para la Región de Murcia un
gran aliciente, ya sea económico, religioso, cultural o deportivo.
Celso Bañón Ortega
Junio del 2012